Las cejas son una zona del rostro a la que, por lo general, no se le pone mayor atención: simplemente están ahí. Sin embargo, cuando éstas no existen o, por el contrario, son muy abundantes, inmediatamente sobresalen.
Si se trata del segundo caso, el arreglo es simple: sacar el exceso de pelos. Pero si se trata de escasez de ellos, las soluciones definitivas son más difíciles de encontrar.
Según explica Víctor Hugo Correa, dermatólogo deVitaclinic, tres razones fundamentales explican la existencia de cejas poco pobladas. La primera se refiere a la moda que muchas mujeres seguían de depilarse esa zona del rostro con electrólisis o, más recientemente, con láser, para lograr cejas finas, pero con una cantidad sensata de pelos.
"Quedaba algo estéticamente razonable, para ese entonces era un criterio de belleza aceptado", afirma el médico. El problema es que quienes lo hacían, no tomaban en cuenta que con los años y de forma natural, las cejas van perdiendo pelos, entonces cuando llegaban a mayores se encontraban con que las suyas ya no existían.
Otra causa de cejas poco pobladas son enfermedades específicas que provocan su caída. "La alopecia de ceja hace que se pierda la mitad de ésta o por completo, producto de un estrés importante (…) El hipotiroidismo hace que la cola de las cejas se caiga, desaparezca", dice Correa.
Y también está el caso de las dietas muy restrictivas con déficit de hierro, que tienden a dejar cejas mucho más frágiles que tienen propensión a caer.
Así, hasta hace poco quienes se enfrentaban al problema de tener cejas poco pobladas, recurrían al maquillaje o incluso a los tatuajes, pero desde hace algún tiempo existe una nueva alternativa: el microimplante de cejas.
“Lo hacemos hace alrededor de cinco años. Tenemos una linda experiencia y muchos pacientes andando en la calle con su implante de cejas, hombres y mujeres", cuenta el dermatólogo, quien puntualiza que quienes más requieren el tratamiento son estas últimas.
Un trabajo casi "de chinos"
¿En qué consiste? Implantar cejas es un trabajo muy delicado y para el cual se necesita tiempo, porque se hace todo en una sola sesión. "Son entre tres horas y media, y cuatro horas de procedimiento efectivo (…) Una mañana o tarde completa", señala Correa.
Todo comienza con una clara explicación al paciente, en el sentido de que los pelos de las cejas originales son únicos y no existen en ninguna otra parte del cuerpo. Por lo tanto, los pelos implantados nunca quedarán iguales a los de la ceja original.
"Una vez que el paciente ha entendido eso, lo que hacemos es que del cuero cabelludo de la región de la nuca, donde el pelo es más delgado, sacamos un trozo de más o menos unos 10 cm de largo por 0,5 cm de ancho, si son las dos cejas", explica el especialista.
Ese trozo de piel se corta en unidades de un pelo, que incluye la papila o raíz, glándula sebácea, músculo y un poco de grasa para que se alimente. "Es como trasplantar una planta, con su tierra y raíz", ilustra el dermatólogo.
Luego, médico y paciente buscan juntos el tamaño adecuado para las nuevas cejas. "Se hace una línea que va desde el ángulo del labio y pasa por el canto interno del ojo. Ahí se proyecta la cabeza de la ceja. Y hacemos también una línea que va del labio y pasa por el canto externo, que es donde termina el ojo, y esa sería la cola de la ceja. La dibujamos varias veces hasta que el paciente esté de acuerdo con el ancho y el largo", afirma Correa.
Posteriormente, comienza el implante propiamente tal. "Hacemos un agujero con una microaguja especial e introducimos cada pelo a presión con una pinza", explica el especialista, quien agrega que se trata de un procedimiento difícil porque hay que instalar los pelos según la dirección que tienen las cejas.
"Por ejemplo, en la parte interna de la ceja, el pelo va hacia arriba y afuera, y va cambiando en la medida que se va alejando hacia las puntas y se va colocando más paralelo a la piel. Entonces, hay que ir colocando los pelos en los ángulos que corresponden a las zonas donde se está implantando", señala el dermatólogo.
El procedimiento no es doloroso, se realiza con anestesia local, y sí produce un poco de hinchazón y a veces equimosis, lo que se demora en mejorar de cuatro días a una semana. Sin embargo, el paciente puede hacer una vida normal y sólo debe evitar mojarse la zona del implante.
Y aunque el paciente sale de la consulta con sus nuevas cejas implantadas, recién un año después verá cuál fue realmente el resultado final. Esto porque entre el 50 y 60% de los pelos pierde su tallo tras ser implantados, por lo que caen y vuelven a emerger en seis meses.
"Entre el 80 y el 90% de los pelos implantados - se colocan entre 150 y hasta 300 por ceja- resultan", asegura Correa, y añade que a menos de que el paciente sufra de alguna enfermedad que provoque su caída, los que quedan son para siempre. "Y no son más débiles, sino que más gruesos. Incluso se pueden sacar con pinzas y vuelven a aparecer", aclara.
Eso sí, es necesario hacerles una pequeña mantención, ya que además de peinarlos frecuentemente para que sean más dóciles y se vayan en la dirección correcta, es necesario recortarlos cada dos meses, porque de lo contrario comienzan a crecer igual que los pelos de la cabeza.
Y aunque el microimplante de cejas no es del todo barato -su costo es de alrededor de dos millones y medio de pesos-, se trata de un procedimiento que, según la experiencia de quienes lo realizan, causa mucha satisfacción en los pacientes.
"Quedan contentos con sus cejas. Hay personas que sentir pelo donde nunca han tenido, ya les encanta. Es una cirugía muy gratificante", confiesa el dermatólogo.
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