Que uno de los grandes problemas del sistema operativo movil Android es la fragmentación no es ningún secreto para nadie. Por más que Google intenta convencer a los fabricantes de que abandonen sus versiones más antiguas y actualicen sus dispositivos, no acaba de lograrlo.
Como consecuencia, aunque la compañía se esfuerce, todavía hay siete u ocho versiones distintas de Android con un nivel de uso más elevado de lo que Google quisiera.Los motivos para ellos son variados. El primero: muchos fabricantes dejan de actualizar sus terminales apenas un año y medio después de lanzarlos. Así, aunque salen al mercado, como mucho, con la versión anterior a la que haya lanzado la compañía, en no mucho tiempo empiezan a quedar desfasados en software. Las compañías lo hacen para invitar a sus propietarios a que cambien de aparato, pero lógicamente, no es de recibo cambiar un teléfono con año y medio sólo porque no tiene el último grito en sistemas operativos si funciona correctamente.
Pero hay otro hecho que contribuye también a la fragmentación, y que gusta aún menos a Google: los terminales lanzados ya con una versión de Android que no está ni siquiera entre las dos más recientes del sistema. Y es algo que no tampoco dispuesto a seguir tolerando, por lo que es posible que tome medidas firmes para combatir el problema. Así, tal como apunta un rumor, Google estaría pensando en hacer que los fabricantes integren en sus terminales una versión mínima de Android cuando lo vayan a lanzar al mercado. Si no lo hacen, dichos smartphones y tablets no tendrán acceso a Google Apps.
Las Apps de Google (Gmail, Drive, Hangouts, Search, YouTube, la tienda Play, etc) son un elemento básico para que los smartphones con Android sean operativos. Sobre todo, la tienda Play. Por tanto, los fabricantes tendrían muy complicado para ofrecer a sus potenciales clientes teléfonos nuevos en los que no funciona Translate o YouTube, ni se pueden descargar apps de la tienda Play.
Evidentemente, Google ofrecería un periodo de tiempo a los fabricantes para realizar actualizaciones. Así, de confirmarse inmediatamente esta medida, y según una tabla publicada en Android Police, los fabricantes que quieran lanzar sus terminales con Android 4.2 (con las anteriores ya que ni lo intenten), tendrían como fecha límite para hacerlo el 24 de abril. Si quieren integrar la 4.3, tienen hasta el 31 de julio. Y después, en general, sólo contarán con nueve meses tras la presentación de una nueva versión de Android para seguir sacando terminales con una versión anterior a la que se acaba de lanzar. Si no cumplen con las fechas, no recibirían la aprobación de Google y, por lo tanto, adiós aGoogle Apps.
Muchos fabricantes pueden ver esta medida como excesiva por parte de Google, ya que les obliga a lanzar terminales prácticamente a la última. Por supuesto, para los usuarios es beneficiosa, porque así podrán contar con dispositivos mucho más actualizados que ahora. Si bien es cierto que cada vez hay más fabricantes que tratan de sacar al mercado teléfonos que integren lo último en Android, sobre todo los grandes, hay algunos mas pequeños, con dispositivos sobre todo de gama baja, que no se preocupan tanto por hacerlo. Con esta medida no tendrían más remedo que hacerlo.
Eso sí, esto no implica que en los terminales en funcionamiento que ya se hayan vendido y tengan una versión antigua de Android vayan a dejar de funcionar las Apps de Google de repente si los fabricantes dejan de actualizarlos. De aplicarse, sólo será efectivo para terminales nuevos.
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