Las tecnologías de la impresión 3D pronto llegarán al cosmos. Las impresoras 3D serán utilizadas para “imprimir” repuestos, alimentos para los cosmonautas o incluso, bases lunares.La compañía estadounidense Made in Space firmó un contrato con la NASA para construir un equipo con estas características para la Estación Espacial Internacional (EEI).
El proceso de diseño arrancará en otoño, y para el año próximo la compañía prevé presentar un ejemplar de prueba. A diferencia de otros modelos análogos, esta nueva impresora 3D deberá funcionar en condiciones de vacío e ingravidez y ser compacto. Su tarea consistirá en fabricar repuestos, algunas herramientas o equipo científico. En la actualidad, cuando se rompe algo en la estación, los cosmonautas tienen que esperar el suministro de piezas proveniente de la Tierra o realizar salidas no planificadas al espacio abierto, lo cual implica riesgos adicionales para la tripulación. Según la idea, la presencia de la impresora 3D en la EEI reducirá los tiempos muertos en el trabajo de las tripulaciones, así como el costo de los lanzamientos, ya que el volumen de los pedidos desde la órbita se reducirá. El corresponsal de la Academia Cosmonáutica de Rusia, Yuri Karash, nos comenta:—Cuando se dice que las impresoras 3D prepararán la comida, determinados productos alimenticios y cosas por el estilo en la EEI, hay que comprender que se está hablando de una perspectiva bastante lejana. Se puede llevar la impresora a la EEI. Pero, ¿qué hará, qué tipo de instrumentos? Para hacer unas pinzas, la impresora debe tener metal. Para hacer un cepillo de dientes, debe tener plástico. Todos los materiales deben estar disponibles en la EEI, lo cual significa que hay que llevarlos en algún momento. Quizás resulte más fácil llevar a la estación un destornillador que una impresora.Sin embargo, la impresión tridimensional en el cosmos tiene grandes perspectivas, advierte el experto. La compañía Mars One, que planifica fundar una colonia en Marte a principios de 2020, planea enviar junto a los primeros colonizadores una impresora 3D. Mientras, los europeos desarrollan una base lunar “impresa”. Las impresoras fabricarían unas celdas plásticas hexagonales, parecidas a las de las abejas, que llenarían con polvo lunar. Utilizando estos bloques se crearía una estructura, capaz de proteger de las radiaciones y los meteoritos. Los colonizadores vivirían dentro de un módulo inflable ubicado dentro de esta estructura. Aunque, en opinión de Yuri Karash, una base lunar con estas características también es un proyecto a largo plazo:—Cuando escuché que alguien propone “imprimir” una base lunar, me acordé de que en EEUU, durante la década de los cincuentas, se pensaba que los helicópteros serían tan comunes como las bicicletas. Que cualquier familia estaría en condiciones de comprar un equipo como este para ir volando a la tienda o de paseo. La energía nuclear también despertó quimeras parecidas. Había quien creía en la posibilidad de que existieran automóviles o relojes de pulsera nucleares. Lo que parece fácil sobre el papel no siempre resulta práctico en la vida real.Yuri Karash está convencido de que la impresora cósmica, sin lugar a dudas, podría servir como cocinero, para alimentar a la tripulación. El equipo mezclaría polvos alimenticios, les añadiría aceite, agua y vitaminas, y en caso de necesidad, medicinas. Cada cual podría pedir su plato en base a recetas establecidas. En estos momentos, la Universidad Cornell desarrolla una variante “gastronómica” de este aparato. El académico Alexánder Zhelezniakov no le ve mucho sentido a este dispositivo:—Las mezclas alimenticias pueden ser compuestas de sustancias sublimadas. ¿Para qué hace falta una impresora? Tome el concentrado, dilúyalo, y no es necesaria ninguna impresora.La primera impresora 3D funcional fue creada en 1984. Se trataba de una especie de torno que fundía en plástico una pieza con características determinadas en un archivo con sus planos, y en ello consiste la similitud de este equipo con sus parientes que imprimen sobre papel. Pero solo en los últimos tiempos la impresión tridimensional ha comenzado a desarrollarse con mayor intensidad. Ya han aparecido las primeras pistolas “impresas”, les siguen en la cola los “repuestos” humanos a base de células madre. Y consecuentemente, resulta lógico esperar que estos equipos también partan a conquistar el espacio.
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