La escena es fácil de imaginar: un grupo de amigos reunidos para ver uno de los eventos más populares: la Copa Mundial de Fútbol. Un televisor los espera.
En medio de la pantalla y el sillón está una mesa llena de frituras, nachos, dip , palomitas de maíz y maní garapiñado, entre muchas otras cosas.
Esa mesa no solo tiene comida. A esto se le deben sumar las cervezas, botellas de vino, whisky, ron, tequila y gaseosas para brindar.
El partido arranca y con el primer movimiento de balón, usted empieza a comer y, probablemente, no deje de hacerlo en los próximos 105 minutos (90 minutos del partido y 15 de descanso).
La ansiedad sube con cada jugada. Usted sigue “picando”. Su cerebro no controla lo que ingiere, entra en modo “automático” y no distingue las señales de saciedad que envía el cuerpo.
Un gol (a favor o en contra) sube la emoción y las ganas de comer. Al final del partido, transcurrieron menos de dos horas, pero usted consumió de 2 mil a 3 mil calorías. Es decir, todas las calorías recomendadas para un día o día y medio; además de la grasa saturada de tres días.
Los por qué
Para las nutricionistas María Laura Matamoros y Larisa Páez, la ansiedad hace que se coma más de la cuenta.
“En esos momentos, el cerebro no es consciente de todo lo que come. Dependiendo de los hábitos de la persona, en momentos de estrés, puede ingerir de un 30% a un 70% más”, afirmó Matamoros.
Páez añade: “Si nos ponen un montón de comida al frente, en un momento de ansiedad, es posible que nos la comamos toda, más si estamos frente a la televisión. Ni nos fijamos en qué momento se va”.
¿Qué hacer?
Páez dijo que el anfitrión tiene gran responsabilidad, pues controla qué lleva cada persona y cómo servir la comida.
“No se sienta comprometido a dar todo lo que le llevan. Sirva porciones pequeñas y ponga la comida lejos del televisor”, señaló.
Matamoros apuntó la importancia de servir todo en platos individuales y no en fuentes o tablas para que la gente “pique”.
“Es ser consciente y saber hasta dónde llegar. Si uno pica y no se sirve en un plato, no va a ser consciente”, aseveró Matamoros. También hay formas de combinar platillos para hacerlos más sanos y no pensar que picada siempre es sinónimo de calorías en grande.
“Es ser consciente y saber hasta dónde llegar. Si uno pica y no se sirve en un plato, no va a ser consciente”, aseveró Matamoros. También hay formas de combinar platillos para hacerlos más sanos y no pensar que picada siempre es sinónimo de calorías en grande.
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