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“Mis nervios están a mil”, “qué sea lo que tiene que ser”, “me gusta, pero me asusta”, “tal vez no sea el indicado para mi”, “y, si la embarro, ¿qué hago? La incertidumbre aumenta full y la autoestima baja a tal nivel, que ni la persona más sensata queda en su centro.


Es que son demasiadas las expectativas que la mente se nubla y la comunicación de un primer encuentro se afecta, porque sé que lo que diga o deje de decir marcará la continuidad del acercamiento. 

Para tener claro “el discurso”, la forma de interactuar y cómo presentarse la mayoría de los especialistas aconsejan no olvidar, que el gran objetivo es conocerse, y ver si existe afinidad para ir construyendo una relación de amistad o pareja. 

Claro, uno lo sabe pero igual se estresa. Entonces, para que no cunda el pánico, Mónica López Hernando, terapeuta familiar y de pareja, y directora del Instituto del Bienestar invita a plantearse el encuentro como un tiempo para conversar y generar una imagen básica con el otro, y que además, será la instancia para identificar los temas comunes o dispares. 

“Puedes hablar sobre cuáles son sus rutinas habituales, las virtudes o valores apreciados por cada uno. Las dificultades que más les complican de los otros o de ustedes y que quisieran mejorar; algo en relación a su familia y sus amistades; lugares a los cuales les gusta ir, etc.”, dice. 

Pero, ¿hay alguna técnica específica para hablar con un hombre en la primera cita? La verdad es que no. Más bien existen recomendaciones sobre cómo tomarse el primer encuentro y salir airosa. Pasé lo que pasé. 

Para la psicóloga transpersonal, Paola Castillo del Centro Nueva Esperanza , lo importante es que antes de la cita, uno se pregunte ciertas cosas básicas en el plano amoroso que definirán la forma de enfrentar el encuentro.

“¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? ¿Qué me hace feliz? ¿Qué tipo de hombre me interesa o a cuál tengo acceso?”, invita.

Aunque también propone definir a qué vamos: ¿Sexo y pasarlo bien? ¿Ser protegida? ¿Un desafío? ¿Un compañero?

“Si quiero diversión mi postura será encontrar a alguien que pueda seducir. Seguridad, me mostraré sumisa y complaciente para que me den contención. Pero si soy autosuficiente, buscaré un hombre exitoso que me desafíe intelectualmente. O bien, si soy idealista e intelectual, querré establecer un diálogo profundo”, opina. 

Su postura nace de la idea que no podemos irradiar algo que no somos, y si en esa cita me encuentro con alguien que no calza con mi disposición, sencillamente, no fluirá. Al menos, que decida jugar a ser alguien que no soy. 

¿Qué evitar?

Lo primero que recomienda la psicóloga Mónica López es no hacer un interrogatorio ni dar respuestas monosilábicas, sino que desarrollar los temas y plantear nuevos. 

“Si hay silencios donde no saben cómo seguir la conversación, sonreír, ser amable, ser femenina o caballero, contar anécdotas que generen confianza y un buen ambiente, puede ser de ayuda”, postula.

Aparte, indica en no hablar solo de lo bueno de uno mismo, porque puede verse como soberbia, sino también saber reírse de uno mismo, mostrar respeto y pedir permiso si no se está seguro de que alguien guste o acepte algo o no. 

No tocarse, es un gran punto. Porque hay personas con otra cultura diferente, que pueden sentirse muy incómodas cuando alguien que está conociendo las abraza, toma la mano, hace cariño o se acerca demasiado. 

“Si bien hay personas que son más cariñosas y cercanas con todas, si no se conoce al otro, puede ser adecuado acercarse con prudencia y observar bien las señales... es toda una habilidad, pero puede desarrollarse o lograrse si se está atento”, asegura López.

¿Qué no hacer?

La psicóloga de Sanarte, agrega que existirían temas que pueden generar desconfianzas o resistencias con mayor facilidad, por lo que subraya que es mejor evitar hablar largamente de las ex parejas o profundizar en problemas complejos que se tienen, lo que se leería como un disparate por buscar apoyo y ayuda en un “desconocido” que fácilmente se puede agobiar con esa petición. 

“Otro punto que puede alejar es mostrar desesperación respecto a salir del estado de soltería y estar en pareja, generando la sensación de que se está de ‘caza’ más que conociendo a alguien”, advierte Mónica López- Por lo tanto, habría que descartar decir que se tiene intenciones serias de “matrimonio”, que el “reloj biológico”, se está alcanzando y que desean ser madres pronto... 

“Quien escucha esto, puede sentir que más que interés por conocerlo y vivir una relación, disfrutando el proceso, se quiere más bien obtener un objetivo, independiente con quién sea”, afirma la terapeuta de pareja. 

Incluye en los “prohibidos”, hablar de dineros ni indagar excesivamente sobre cuánto gana el otro, qué hace, cuán independiente o solvente es, porque podría generarse cierta sospecha de que se hace más una investigación económica y material más que conocer a quien tenemos frente. 

¿Sirve mostrarse indiferente? La experta dice que no, más bien puede desmotivar y generar la sensación de rechazo y recelo, más que un ola de misterio. “El misterio o distancia que puede generar atracción tiene que ver con no hablar en exceso y generar la sensación de que queda mucho por descubrir, lo cual está lejos de la actitud de ser indiferente para generar interés”, dice. 

Más recomendaciones

“Si tenemos interés en resultar atractivo para el otro es ideal usar ropa que nos haga sentir cómodos y más confiados en nuestro aspecto físico”, alienta Mónica López. 

En ese sentido, no usar nada exageradamente llamativo ni sexy como para captar la atención de todos los que nos rodean, pues puede generar incomodidad en nuestra cita y aún no sabemos bien el estilo del otro. “Lo ideal es vestirse atractivo pero sin nada muy extravagante, a menos que esa sea la imagen que más nos identifica y que es la que queremos proyectar”, afina López. 

Por otro lado, si bien podemos detenernos en las tácticas y estrategias de la conquista nada de esto tendrá sentido si no hay autoconciencia y claridad sobre sí misma, de acuerdo a lo que piensa la psicóloga transpersonal. 

“No puedo esperar de nadie lo que no soy capaz darme a mí misma: no puedo esperar equilibrio, comprensión, honestidad, ni menos amor si esos aspectos no los poseo. De este modo, una primera cita sólo será el reflejo de lo que somos y lo que buscamos”, reflexiona Paola Castillo. 

En ese sentido, la recomendación principal es no pensar en que encontramos al Príncipe Azul en cada cita y abrirse a la experiencia tal y como venga. “Tenerlo claro, puede ayudarnos a que ese momento único sea maravilloso y no un cúmulo de angustias por agradar a otro. Quizás es mejor preguntarse, qué queremos entregar, sea mejor que qué queremos mostrar. Si lo que buscamos es amor verdadero, eso sólo puede llegar desde la expansión de nuestra capacidad de amar”, afirma la especialista del Centro Nueva Esperanza.

GDA

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